Cuando la vida se desmadeja
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La vida, a veces, se desmadeja (y te embrolla con sus hilos torpes). Y te distraes. En ti mismo. En un solo asunto, que te absorbe y te hace pedazos, sin darte cuenta, como una turbina.
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Es el pasado: que no es retorne, es que no se marcha.
Te tortura, no te deja en paz. Ni avanza ni retrocede.
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Y, claro, los días ya no son días ni sucesión ni temporalidad, sino estancamiento y lodo. Se te ha deshilachado la vida, por decir.
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Y lo que hace Sara Herrera Peralta en su último proyecto es precisamente buscar la creación de un tapiz, en base a la lectura y la escritura, para darle continuidad, sentido y orden a ese pasado. La vida como una forma de equilibrar el olvido, la memoria y la esperanza.
Su proyecto toma la forma narrativa en Me fui como una tormenta (Consonni, 2025) y la forma poética en El piar de los pájaros y el goteo del agua que cae del techo (La Bella Varsovia, 2025). Y deviene homenaje y continuidad de la obra -mal considerada menor- de la artista Louise Bourgeois.
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Así, en resumen, se podría decir que Sara desteje con la lectura y borda con la escritura la obra de Bourgeois, al tiempo que la enlaza con la suya propia, construyendo así una vida reposada, que huye de nuestro veloz presente, que es resistencia contra la tiranía del tiempo, contra sus urgencias.
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Le sirve a Herrera Peralta este proyecto para construirse un soporte, para tener fe en la idea de que bordado y escritura se complementan, y así no es aventurado afirmar que los poemas bordan por sobre aquello que la novela ha dejado escrito (y también tejido).
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¿Se escribe sobre el recuerdo o se reescribe la muerte del recuerdo?
[eso es lo que se pregunta la autora modulando el discurso crítico, el bordado que investiga, con la voz de Bourgeois]
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Herrera Peralta teje con las manos, lidia con las fronteras de la extranjería, nada en las aguas de dos idiomas. Y, en la escritura, lucha contra el peligro, grita calladamente, resiste (igual que Bourgeois) el miedo al abandono y construye un refugio para la infancia; pero escribe sin trama, por tramos, en suspiros: buscando lentamente.
Y dice algo muy bonito, escribe: “Tal vez haya muchas mujeres escribiendo con asteriscos por la falta de tiempo”.
[Yo también escribo aquí con asteriscos, pero no por falta de tiempo -o también-, sino por no desvanecerme]
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La creación y el arte son garantía de supervivencia, nos dice Sara Herrera Peralta (y esa es la lección más hermosa que extraemos de este proyecto, tan personal), aunque sea solo para una misma. Porque se convierte en realidad. Una realidad que ya no está desmadejada.
Porque escribir es siempre una posibilidad.